El corazón de la cultura totonaca se encuentra muy cerca del pueblo mágico de Papantla: El Tajín, Patrimonio Cultural de la Humanidad. Su florecimiento fue entre los años 300 – 900 a.C. y su influencia abarcó una gran territorio. En su arquitectura predomina la “Pirámide de los Nichos”, cuya bella y estupenda arquitectura llama la atención por sus 365 nichos que representan los días de un año, El Tajín, que significa en totonaca dios del rayo, del trueno y de las tormentas, es también de máxima importancia por sus 17 juego de pelota en diferentes tamaños.
En la actualidad en este sitio arqueológico se ofrece una demostración del ritual de los Voladores de Papantla, que simboliza la fertilidad de la tierra. No obstante que el ritual comienza mucho antes con la búsqueda y selección del árbol que deberán cortar, la mayoría solo vemos el momento en que los hombres descienden dando 13 vueltas hasta tocar tierra. Las 13 vueltas por cada uno de los cuatro voladores son 52, cuyo significado es el ciclo de cincuenta y dos años del calendario totonaca.
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